martes, 16 de octubre de 2007

Mi profesora de equitación

Tengo 23 años y vivo en la ciudad solo desde hace 2 años y no se imaginan las cosas que he vivido en mi apartamento. Han pasado muchas mujeres por el, pero jamás olvidaré a Stefannie, mi profesora de equitación. Esto me sucedió hace 3 años.

Bueno, la cosa es que mis padres tienen una casa de campo y a mi hermana le fascinan los caballos por lo que tenemos 3. Mis padres se empeñaron en que yo también podía aprender a montar caballos para poder competir contra los hijos de sus amigos. En fin no viene al caso. Yo estaba desanimado porque para nada me interesaba aprender equitación, pero en fin terminé aceptando.

Recuerdo que mi hermana me levantó de la cama a eso de las 9 de la mañana apurándome porque ya había llegado la profesora. Bajé a regañadientes, pero vaya sorpresa cuando bajé al living y mis padres me presentaron a Stefannie. Era bellísima, había de tener unos 25 años, tenía el cabello castaño ondulado que caía por debajo de sus hombros, unos ojos pardos penetrantes y una figura… mmm… se me pone tiesa tan solo recordando su figura. Tenía un par de tetas bien formadas, no eran enormes pero sí apetitosas. Estaba vestida con el traje de equitación, con ese pantalón tan pegadito que deja marcado todo pude contemplar su culito redondito y bien paradito, daban ganas de comérselo.

Me quedé embobado y creo que ella lo notó, reaccioné cuando mis padres me dijeron “Nosotros vamos a salir con Helen (mi hermana). En 3 horas volvemos.” y ellos mirando a Stefannie le dijeron “Asegúrese que aprenda bien, que este chico es todo un caso”. Stefannie solo sonrió y les dijo que no se preocuparan. Nos fuimos al campo, donde estaban los caballos y empezamos la clase, aunque comprenderán que mi atención estaba enfocada en otra cosa.

Me estaba enseñando cómo subirme al caballo y mientras lo hacía dejaba a mi vista su gran culo, ella notó que le miraba el culo pero no me dijo nada. A continuación me dijo que haga lo mismo, y un rato estuvimos charlando mientras me enseñaba la manera adecuada de subirme al caballo. En uno de esas “demostraciones” cuando ella procedía a subirse al caballo, por poco casi se cae y por suerte yo estaba abajo suyo para evitar esto, pero de todas maneras ambos caímos al gras: ella encima de mí dejando sus tetas sobre mi pecho, yo podía sentir sus pezones marcados sobre mí. Esto hizo que me excitara mucho y por una mala “maniobra” le terminé agarrando el culo. La polla se me estaba poniendo tiesa, y con los trajes de equitación como ya les dije marca todo, y se me estaba empezando a parar. No sabía cómo hacer para que no se notara aquella excitación. Afortunadamente, cuando nos paramos no pronunció ninguna palabra sobre el asunto y dijo que las clases habían terminado, yo me sentí aliviado… Le dije que no se preocupara que yo llevaba a los caballos al establo y ella se marchó.

Cuando llegué al establo, amarré a los caballos, y no aguanté más. Me empecé a hacer la paja pensando en ella, en ese par de tetas y en ese culito que me tenían loco. Tenía los ojos cerrados, y en eso siento una mano alrededor mío tocándome la polla, masturbándome. Era ella, Stefannie. La polla se me puso durísima y ella lo noto “Así que te gusto?” me susurró al oído “Me encantas” le dije mientras nos dimos un largo beso donde nuestra lenguas jugueteaban sin parar. Ella me seguí masturbando, y luego se arrodilló y me la empezó a mamar. Era la mejor mamada que me habían dado en la vida, se lo metía y sacaba de la de la boca con gran agilidad y jugueteaba con su lengua en mi polla, luego se ponía a lamer mis huevos. Esto me estaba volviendo loco y le dije que me iba a correr y siguió mamando aún con más fuerza, no necesitó decírmelo quería que me corra en su boca y así lo hice. Se lo comió todo.

Quería follármela ahí mismo, pero me dijo que mejor vayamos a mi cuarto que sería más cómodo y me enseñaría sus “truquitos”. Yo accedí de inmediato, nadie iba a llegar hasta dentro de 3 horas así que teníamos tiempo. Llegamos a la casa rápidamente y subimos a mi cuarto. Cuando entramos la puse contra la pared y empezamos a besarnos como locos mientras ella me sacaba la camisa y yo a ella esa blusita y esos pantalones que llevaba puesto. Ella llevaba una tanguita diminuta que apenas tapaba su sexo bien depiladito. De inmediato le quité el brasier y pude contemplar y tocar esas tetas que me estaban volviendo loco. La tumbé sobre la cama y empecé a besarle las tetas, me ponía a juguetear con sus pezones que estaban durísimos y esto le encantaba. Metí mi mano en su tanguita, estaba mojadita y esto me excitó aún más. Le metí un dedo en el coño mientras le chupaba las tetas y dio un grito de placer “Aaay! Sigue… sigueee...!” me decía. Yo fui bajando hasta llegar a su coñito. Cuando llegué ahí le quité finalmente toda la tanguita, levantó las piernas y le empecé a comer el coño. Hacía círculos con mi lengua en su clítoris, dándole pequeños mordiscos, y la pasaba de arriba abajo y luego le metía y le sacaba la lengua, esto la estaba volviendo loca. “No pareeees... no pares! Javi… Aaaaah...! Sigue...!” me dijo y al instante sentí como se corría.

Me puse nuevamente sobre ella y ella me bajó el bóxer que aún llevaba puesto y me yo me lo terminé de sacar. “Quiero que me folles con fuerza” me dijo. Le metí mi paquete, que hasta entonces estaba durísimo y había crecido bastante, de un solo golpe, había tenido una erección como nunca. Puso sus piernas alrededor de mi cintura y juntos empezamos el movimiento de una forma salvaje. Metía y sacaba con fuerza lo más rápido que podía, y el sentir que mis huevos golpeaban su sexo me excitaba mucho. “Más rápido, Javi, acelera...!” me decía y eso hice. “Me voy a correr” le advertí, “quiero sentir tu leche en mí” y me corrí en su coñito. Sin sacar mi pene de su coño, nos volteamos y ella quedó arriba mío y me empezó a cabalgar, ahí era dónde tenía que mostrar sus habilidades de equitación. Me cabalgaba como a uno de sus caballos, que rico se sentía, yo le agarraba por el culo para que así pueda ir más rápido lo disfrutamos con todo hasta que los 2 nos corrimos.

Esta mujer, toda una zorrita resultó, aún estaba insatisfecha y yo también, así que puso su culito en mi cara y ella mi polla en su boca, y empezamos un magnífico 69. Le daba pequeños mordiscos a su clítoris cosa que a ella le encantaba porque sentía como se estremecía con mi polla dentro de su boca, aproveché y decidí que le iba a meter el dedo al culo. La empecé a lubricar con sus jugos y con mi lengua para que se dilate y le metí el dedo poco a poco, ella dio un respingo le pregunté si podía continuar y a lo que me respondió con cierta duda que sí. Poco a poco le fui metiendo y sacando el dedo, creo que nunca se la habían metido por el culo, y le empezó a gustar porque empezó a gemir de placer. Y me gritó “Más rápido, más rápido” y soltó un grito producto de un gran orgasmo. Ella me lo seguía mamando por lo que yo estaba a mil con todo esto y le dije que me iba a correr, y en eso se puso en 4 y me dijo que quería que me corriera en su coño. De inmediato obedecí y se lo metí de un golpe y me corrí en ella. Luego continuamos el mete saca en esa pose mientras que con una mano le agarraba las tetas y con otra le sobaba el clítoris, nuevamente se corrió lanzando un grito de placer. Pensé metérsela en el culo, se lo dije pero se negó porque me dijo que lo intentó una vez y le dolió muchísimo así que para que insistir si podíamos gozar de otras formas.

Ya estábamos medio cansados pero habíamos disfrutado tanto que queríamos más. Así que me paré y le dije que se quedara recostada boca arriba al filo de la cama, le metí mi polla y la cargué agarrándole el culo haciendo que ella se apoye en la cama con sus brazos, entrelazó sus pierdas en mi cintura y era yo el que controlaba el movimiento. Me dijo que primero se lo metiera y se lo sacara despacio porque estaba algo cansada, pero luego prácticamente me rogó para que acelere tanto como pueda, podía ver como sus tetas se tambaleaban, le había encantado esta posición y a mí también y nos corrimos casi al mismo tiempo. Sentí como se estremecía y me rogaba por más.

Ya había pasado más de 2 horas y le dije que mejor vayamos a la regadera que allí continuemos. Me senté yo primero en la tina y ella misma fue la que introduzco mi polla en su coño y se sentó, ella empezó a dar brincos y yo la subía y la bajaba lo más rápido que podía mientras le lamía y le mordisqueaba las tetas. La tina era media amplia así que ambos nos recostamos, ella apoyó su cabeza en mi pecho mientras yo la abrazaba y jugueteaba con sus pezones. Entre la dulzura nuevamente nos calentamos y ella me empezó a hacerme la paja, esto fue lo mejor porque se tocaba el coño y con sus jugos me lubricó mientras yo acariciaba su clítoris. Tuvimos un último orgasmo y finalmente quedamos rendidos y dejamos que el agua caiga sobre nosotros.

Ella se cambió, ya limpiecita después del baño y yo también. Al poco tiempo llegaron mis padres y ella se fue despidiéndose de todos. “Y que tal tu clase, hijo?” me preguntó mi padre “Geniales” les dije “Espero con ansias la siguiente”. Stefannie y yo continuamos follando durante 3 meses más y yo aprendí muy bien de sus “enseñanzas”.

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