jueves, 18 de octubre de 2007

La conocí en la facultad

Este relato sucedió poco tiempo después de mi experiencia con mi prima, una chica un año menor que yo que tenía una fama increíble de ser excelente en la cama y yo quería comprobarlo, ella de baja estatura de tez blanca, cabello muy cortito castaño claro, ojos cafés, delgadita, muy coqueta, piernas muy contorneadas pero creo que lo que más me llamó la atención de ella fue su seguridad y carácter, he de decir que éramos muy similares.

Nuestra relación empezó por accidente yo tenía novia y ella era novia de un amigo mío de la preparatoria coincidimos en un café los 4 y empezamos a charlar, de inmediato llamó mi atención ya que la había visto en la facultad y estaba bien documentado de su fama aunque creo que su novio no estaba muy enterado de ella, la tarde transcurrió entre pláticas y risas aunque era el pretexto perfecto para llamar su atención, al día siguiente empezaron las pláticas esporádicas en la facultad, había ocasiones que no coincidíamos en días hasta que noté su ausencia por un lapso mayor de lo acostumbrado por fin la encontré y me contó que uno de sus anteriores exnovios había fallecido -En algún momento, años más adelante me enteraría que había muerto de una rara enfermedad tan rara como mortal que le llaman SIDA aunque ella no había corrido ningún riesgo ya que habían terminado años atrás antes que él se contagiara- Esa tarde la pasamos charlando intentando animarla sin siquiera acordarnos de nuestras respectivas parejas aunque ella estaba atravesando problemas con él y yo me estaba distanciando de mi novia, todo parecía perfecto para lo que se avecinaba.

A los pocos días mi relación terminó y a los pocos días la suya también, entre bromas nos decíamos que este era el perfecto pretexto para consolarnos mutuamente estando en la misma facultad, todo sucedió muy rápido nos hicimos novios unas semanas después, en nuestras casas animaban nuestra relación para ellos éramos como una “pareja perfecta” una pareja tan compatible en la calle como en la cama.

Pocos días pasaron para sucumbir a nuestros deseos cierto es que cada vez que nos veíamos eran sesiones interminables de caricias y besos que se tornaban muy candentes hasta que aquella tarde estando en mi casa ella llevaba un vestido muy ligero de una sola pieza que dejaba ver sus hermosas y bien torneadas piernas, nuestras bocas se buscaban, su lengua jugaba con la mía mis manos se posaron sobre su vientre, se recostó sobre el sofá de la sala para dejar que me posara sobre ella, mis manos recorrían sus piernas suavemente.

Sabíamos que no tardarían mis padres en llegar a casa cosa que nos excitaba aún más mis manos empezaba a subir su vestido, ella acostumbraba usar tangas algo que me excita sobre manera en una mujer sus manos comenzaban a acariciar mi sexo sobre el pantalón, mi erección era evidente, desabrochó mi pantalón y lo dejó salir de su prisión, lo tomó entre sus manos, lo acarició, después se levantó me dejó sentado en el sillón mientras ella se hincaba frente a mí a hacerme un oral, lo tomó entre sus manos y lo metió lentamente en su boca, su lengua jugaba con mi glande mientras sus manos acariciaban mis testículos, lo sacó de su boca y empezó a lamerlo desde la base hasta la punta, comprobaba su fama, era toda experiencia.

Un ruido nos distrajo, era el portón del garaje que se abría, rápidamente acomodamos nuestra ropa mis padres entraban a casa pero nuestros cuerpos estaban encendidos los saludamos y les dijimos que saldríamos al cine, en el camino mientras manejaba desabrochó mi pantalón y volvió a tomar mi sexo entre sus manos que aún conservaba la erección y lo metió completo en su boca, era demasiada la excitación deseaba hacerla mía en el próximo semáforo en rojo, por fin llegamos a nuestro destino, subimos las escaleras, una puerta de madera con incrustaciones nos esperaba al final de ella, al abrirse una amplia habitación se mostraba a nuestros ojos -¿Cuántas parejas se habrán amado en ese gran jacuzzi adornado con piezas de jabones con forma de caracolas? Nuestro nido de amor temporal- Pensé.

No esperamos más, nos empezamos a besar desde la entrada y nos dirigimos rápidamente a la cama que en ese momento se antojaba muy cómoda me sentó en la orilla mientras se sentaba sobre mí, su vestido trepó sus piernas mientras mis manos se perdían en su cadera subiendo por su espalda para alcanzar ese cierre y bajarlo hasta media espalda, aparté los tirantes para apartar ese sostén mi lengua lamía con ansias aquellos pequeños y duros pezones sus gemidos surgieron de inmediato lo estaba disfrutando, sus manos volvían al ataque desabrochaban mi pantalón y dejaban salir mi sexo que ya deseaba internarse en su humedad.

Mis labios se hundían en su cuello y mis manos en sus pechos mientras ella desabrochaba mi camisa, arrojándola al suelo se levantó por un instante para dejar caer por completo su vestido que ya le estorbaba en este momento aprovechando volverse a hincar y tragar de una sola vez todo mi sexo mientras dejaba caer mis pantalones sobre el piso ya desnudos se levantó y se arrojó sobre mí abrió sus piernas y se la metió de un solo empujón.

Su cadera se movía con frenesí sus gemidos se escuchaban por toda la habitación, sus manos giraban al aire recordando una vaquera montando un potro salvaje, mi cadera se movía con la de ella no sabía si esta vez podría contener mi orgasmo era demasiado mi deseo y mi excitación me giró sin salirse estaba encima de ella me la pidió muy profunda subiendo sus piernas sobre mis hombros cada embestida le causaba dolor y al mismo tiempo mucho placer, su cara denostaba excitación y deseo acompañada de gritos a cada embestida.

Empezó a vibrar, sus manos se aferraron a mi espalda sabía que había llegado su orgasmo, con la respiración detenida no tardó en reaccionar y pedirme que continuara ya el sudor era evidente en los dos y el jacuzzi lucía tentador lo prendimos el agua estaba caliente nos metimos, las burbujas eran relajantes, ella se sentó sobre mí y empezó a cabalgarme mientras yo me sostenía de las orillas del jacuzzi el agua se escurría a cada embestida sus movimientos eran más fuertes cada vez mientras mi boca se perdía en sus pechos lamiéndolos y mordiendo sus pezones.

Otro orgasmo la invadió mientras se abrazaba a mí con la cabeza apoyada en mi hombro, era momento de mi orgasmo, -¿Cómo estas? ¿Ya llegaste?- Preguntó mientras alzaba la vista, lucía algo cansada pero con una sonrisa cómplice, había contenido mucho mi momento nos dirigimos a la ducha nos enjabonamos mutuamente ella se puso de espaldas a mí mientras tocaba mi erección que no cedía lo metió entre sus nalgas y lo dirigió a la entrada de su vagina lo introdujo fácilmente mientras veía el jabón resbalar por su espalda mi sexo se perdía entre sus nalgas, sus manos se recargaron a la pared del baño sus gemidos resonaban con el eco de la habitación mientras mis embestidas aumentaban de velocidad ella gritaba más fuerte se detuvo estaba a punto de llegar así que apresuré mis embestidas cuando llegó se estremeció de nuevo dejando salir mi sexo que en ese momento llegaba a su orgasmo escurriendo mi leche por toda su espalda, terminamos de bañarnos y nos dirigimos a la cama donde nos quedamos dormidos, fue una relación llena de sexo pero habrá que esperar para otra oportunidad a contarlas.

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