martes, 16 de octubre de 2007

Por sorpresa

Todo ocurrió en su casa un fin de semana en el que sus padres se marcharon a una casita alquilada en la costa gaditana (donde la pesca siempre será mejor, por desgracia) por periodo de 4 días llevándose a su hermano menor. No pienso dar ningún nombre ni edad en este relato o en otro, ni explicaciones, cada cual se lo monte como pueda o quiera y cada perro se lama su cipote, aclarado esto prosigo.

Por aquel entonces no éramos mas que un par de niñatos, a mi no hacia el año que me habían dado el carnet de conducir, aunque hacia años que conducía siendo menor de edad (privilegios de dos de los barrios donde me crié). Veníamos de la playa donde yo me había pasado más de la mitad de la mañana con un calenton de campeonato e intentando calentar a mi novia como una perra, cosa que no parecía tener éxito ya que resistió bastante bien todos mis ataques. Una de las cuatro cosas que me volvían loco de ella, las otras: sus piernas atléticas 100%, su culo perfecto, duro, redondeado... Perfecto y sus dos ojos negros y achinados realmente calidos, dulces, extremadamente expresivos se podía leer en ellos con toda o casi toda claridad lo que sentía o pensaba, "que gran emperatriz se perdió Roma...".

Sé que esa resistencia era mas táctica que real, puesto que esa mañana habían amigos y conocidos en la playa, pero habiendo estado en otras playas sin ellos el resultado era el mismo. En el agua había conseguido soltar el cordón de la parte superior de su biquini, viendo el corte del bronceado en sus tetas y un trozo de uno de sus pezones de color marrón oscuro, casi negro, duro y erecto bien por frió del agua o por el calentón. Ya la tenía dura, pero se me puso tan dura que me dolía a rabiar, automática sin ni siquiera pensarlo y jadeando de forma desesperada le solté.

- Chiki, que te tengo que follar, que no puedo aguantar más, me duele a reventar.

Ella se volvía a atar el biquini estallando en una carcajada.

- Pues te aguantas no haber tirado de esto.

Mostrándome el cordón del biquini, la cogí por las muñecas y ella intentaba largarse para la arena viendo la movida que se avecinaba.

- Chiki por tus muertos!.

- Dudo que a mis muertos les hiciera ninguna gracia, ya sabes eran muy a lo antiguo.

Riéndose se anticipó, se acercó a mí pegó sus tetas a mi pecho y dirigiendo su mano derecha al borde de mi pantalón solté sus muñecas agarrándole el culo y pensando... Por fin joder. Metió su mano dentro del bañador mientras me besaba y comenzó a tocármela, moviendo los dedos a un compás similar al que usan las tenderas al golpear con ellos el mostrador o las oficinistas en su mesa, me dejó listo, pensando en soltar mi mano derecha de su culo y meterla en la parte inferior delantera de su biquini... Tarde, ya se había pirado hacia la orilla, en los 2 segundos que tardé en reaccionar salí entaponado a por ella y no anduve ni 4 metros cuando ya el agua me empezaba a llegar a cintura, ni de coña saldría para que me viera alguna amiga o amigo y hubiera cachondeo durante toda una semana... Vale plan B a nadar hacia dentro y buscar un termo clima, por la cual pasar y que bajase el calentón y desocupara mi mente hacia lo único... el rellenado de mujeres.

Cuando salí del agua estaba reventado, pero no tanto como para no obtener mi venganza o un rato de "dar por saco", me fui hacia las piedras del espigón es fácil encontrar entre ellas alguna pluma de ave. En cuanto la tuve me dirigí hacia ella, allí estaba tumbada sobre la toalla bocabajo y yo con mi pluma en mano dispuesto a comenzar mi tortura. Estaba bocabajo y con las piernas ligeramente abiertas para un mejor bronceado, así que me senté en su cintura mirando sus preciosas piernas y coloqué su mochila entre las piernas, acto seguido me dediqué a acariciarla con la pluma sin llegar a la parte interior de sus muslos. Al principio se lo tomaba muy bien, muy relajante, hasta que empecé a rozar el interior de sus muslos, cosa que la ponía a cien y no podía resistir, rozaba sin llegar a su coñito y su respiración se aceleraba por segundos pasando a emitir sus ligeros gemiditos que llegarían a ser gritos de placer, al saberlo comenzaba a ponerse nerviosa ya que no tendría manera de resistir y se correría en mitad de la playa a gritos, empezó a intentar pellizcarme, lo logró, me dejó algunos cardenales para recuerdo y en su lucha por pararme me lanzaba golpecitos intentando hacer pasar sus gemidos por el esfuerzo que realizaba al lanzar los golpecitos o pellizcos. Cuando se calmó de pronto supe que se había corrido sin tocarle siquiera el coño, me giré y le susurré.

- Uummm que bien se te vé, que putada que te halla visto toda la playa correrte.

- No me e corrido (me susurró con respiración entrecortada y cara roja como un tomate)... Y además solo nos han visto pelear, acaríciame la espalda como tú sabes.

Ya entrando en su casa sobre las 15:00 que era hora en la que solía comer su gente, ella se fue a la nevera a preparar algo yo había picoteado pero a esa edad era una autentica lima a cualquier hora, estaba súper sexy en su mundo tarareando una canción y preparando pasta y ensalada (no guisaba bien, pero era lo mas precioso que había tocado una cocina).

Después de dejar los platos, basos y cubiertos en el fregadero, obligado por ella toda responsabilidad a su edad y después de prometer que los lavaría mas tarde, intentó que fuéramos al salón a ver la tele (el video estaba jodido) y pegarme un calentón pensé yo, que ya tenia los huevos como melones por lo de la playa, así que le dije:

- Chiqui me voy a tu cuarto a dormir un rato.

- Nooooo vamos a ver la tele en el sofá. (me lo decía con carita triste, dulce y ligeramente picarona, ni de coña iba a dejar que me pegase un calentón de gripar pistones, a esa hora ella nunca follaba siempre me calentaba y me dejaba a medias).

- Ummm, me voy a dormir.

- Pues voy a ducharme...

- Me dejas ducharme contigo?

- No, tu solo quieres sexo y si me ves desnuda no hay quien te pare.

- Opérate. Me voy a dormir.

Se metió en el cuarto de baño burlándose de mi y yo me fui a dormir a su cuarto, me tumbé en la cama tenía una buena erección y aun así no me quité el bañador (siempre me han gustado los cortos parecidos a de los de atletismo) me tumbé boca abajo y al rato se abrió la puerta era ella que se dirigía a su mesita de noche para sacar unas braguitas y sujetador. No pudo llegar a abrir el cajón cuando la cojí por el brazo y la llevé a la cama por encima de mí y quedó entre mi cuerpo y la pared, solo tenía puesta una toalla y su pelo húmedo con olor a champú me dejó listo por unos instantes (no hay nada en este mundo que huela mejor), el forcejeo me devolvió al planeta.

- Ohhh! que bien te voy a quitar esa toalla y pegarte un polvo de 2 minutos que es lo que vas a tardar en correrte.

- Já, no te lo crees ni en sueños, eres tú el que terminaría en menos de 2 minutos.

- Jajaja pero bueno, ¿quien te crees que eres Sabrina ó Samanta Fox? - fué muy basto, golpe bajo, ella tenía los pechos pequeños y solía pincharle mencionando a tías con enormes tetas, las que por cierto no eran mis favoritas, siempre me han gustado mas las mujeres de pecho pequeño, hace una línea mas atlética.

Se subió encima de mí y me dijo:

- ¿Que te apuestas a que te vas en menos de 2 minutos?

- Lo que quieras

Estaba sobre mis abdominales (en ese tiempo eran varias), estiró su brazo hacia atrás y me sacó la polla por el lateral de bañador (la cual seguía tan dura como la pared), solté un gemido y se me abrieron los ojos como platos cuando la vi retrocediendo y sentí mi polla resbalando por fuera de su coñito recién afeitado. Estaba húmedo y no sé si por la situación o por que estaba recién salida del baño, me tranquilizó el hecho de que alguna vez hizo eso para calentarme y dedicarse a frenarme al intentar forzarla. Así que me preparé para que se levantara riéndose e intentado darme esquinazo, pero reconozco que me quedé petrificado cuando sentí como me la había agarrado y como se introducía en su coñito, al escribir esto ahora puedo recordar como iba entrando en ella y su calor iba envolviendo mi polla sin protección, A PELO!.

La tía mas responsable que había conocido en mi vida estaba encima de mí con mi polla clavada y sin condón, debió ponérseme el glande como un balón de reglamento en cuanto se puso a moverse hacia arriba y abajo, no podré olvidar en la vida su cara de picardía y satisfacción al ver que el resultado de la apuesta le era tremendamente favorable. Calculo que a los tres segundos se empezó a quitar la toalla, lentamente al tiempo que seguía moviéndose despacito al subir moviendo la cadera de una forma tan especial como solo ella podía hacer y rápido al clavársela, no puedo recordar si yo gemía, lo que sí recuerdo es que en la vida se me habían hinchado así ni la polla ni la caja torácica, la cual era la parte en mi cuerpo mas desarrollada por mi genética y deportes. Ya estaba apunto de correrme paralizado por la sorpresa y el placer que esto me estaba provocando, pero cuando terminó de quitarse la toalla y pude ver el cortado del bronceado en sus tetas, sus pezones oscuros y duros por la excitación, empezó a gemir y estoy seguro que mi cuerpo no aguantó mas de tres gemidos, cuando empecé a sentir que algo quería salir y acto seguido la primera convulsión de mi glande.

Como un cohete ya había agarrado su culo y empujado su cuerpo hacia arriba, al salir mi aparato de ella me llegó la tercera convulsión la que si pude ver y mi polla estaba como había supuesto no parecía la mía, el glande estaba de un morado oscuro y brillante, los chorros de semen dieron en sus abdominales y después goteó el semen sobre los míos. Al voltearla a un lado vi que había dado en su pubis recién rasurado, pensé por los pelos, mí semen siempre a salido en la tercera o cuarta convulsión normalmente en la tercera. Me coloqué encima y le pregunte mientras los dos sonreíamos con esas miradas picaronas:

- ¿Y se puede saber como tengo que pagarte la apuesta? - (mientras le acariciaba su coñito).

- Claro, vas a tener que limpiar lo que hemos ensuciado.

- Vale chiqui, después de una siestecita limpio los platos, "no te preocupes".

- Los platos ya los tenías que limpiar, lo de ahora... Ahora... Con tu lengua - (me llevé el segundo palo de la tarde).

- Vale pero... Antes tengo que arreglarte a tí.

Ella estaba boca arriba, bajé pensando en besar sus muslos rozándolos con mis labios y mi lengua pero... Joder si ya estaba mas que caliente, así que en mitad de sus muslos dejando sentir mi aliento subí y comencé a trabajar el clítoris con mi lengua y pegando algún tironcito con mis labios (como a ella le gustaba), mientras metía 2 dedos del tirón, ahí se empezó a poner a tope, se me ocurrió masajearle el ano con un dedo, lo toqué y se arqueó dándome a descubrir una nueva zona erógena. Pensé en darle un poco de lubrificante así que llevé un dedo a tientas (mientras seguía trabajando con mi lengua) sobre su vientre y lo mojé en mi semen, al llevarlo a su ano y frotarlo se sobre excitó seguramente al pensar en su ano mojado en mi semen y comenzó a correrse gritando como en la playa, fue estupendo. No cumplí con mi apuesta, después de correrse me tumbé a su lado, nos abrazamos y acaricié su pelo negro azabache hasta que nos quedamos dormidos, los platos sí que los limpié, esa es una tarea que nunca me a disgustado, tampoco emocionado, la verdad debo ser raro soy el único hombre que conozco así. Un día que nunca olvidaré, gracias chiqui, te sigo queriendo.

No sé si llegaras a leer esto, aunque siempre te fue la literatura erótica, tampoco sé nada de ti desde 2001, fue la ultima vez que me contó de ti un conocido nuestro, sé algunas cosas por las que has pasado, te dejé por que no pertenecías a mi mundo, para que no corrieras mi suerte, salí de él y me entero que tu andas o andabas por aquellos caminos... Estés donde estés yo sigo en mi ciudad, si necesitas un buen puerto donde atracar. Búscame te hecho mucho de menos.

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