jueves, 18 de octubre de 2007

Lo que el tiempo no se llevo

Les voy a relatar algo que me sucedió algunos días atrás, tengo una amiga que conocí en la Universidad, ella fue mi novia, pero nunca pasó nada entre nosotros más allá de algunos besos y algo de toqueteo, la verdad en esos días me daba miedo asumir una responsabilidad tan grave como un embarazo, era joven… hoy las cosas han cambiado y me doy el lujo de experimentar a placer lo que me gusta del sexo, a pesar de considerarme un tipo bastante tímido.

No soy un adonis pero tampoco soy desagradable físicamente, soy alegre y amiguero, y mi amiga en cuestión es bajita, de tez blanca y cabello ondulado, no tiene un cuerpazo de concurso pero si tiene unas tetas que me hipnotizan.

Han pasado mas o menos 3 años desde la última vez que habiamos estado juntos, hace unos días ella me llamó y charlamos como si nada, recordamos viejos tiempos y esas cosas, así que decidí invitarla a una reunión y allí continuar nuestra conversación, ella aceptó de muy buena gana, desafortunadamente (al menos eso creí entonces) se canceló la reunión, habían pasado algunos días y yo hasta había olvidado que la había invitado.

El día que se suponía que se haría la reunión, me llamo a mi celular, y me comentó que ya estaba lista y que tenía permiso para llegar tarde a casa, le dije que se había cancelado la reunión pero que si aceptaba pasaría por ella para charlar un rato, quedamos de acuerdo y pasé a recogerla, y la llevé a un café cercano a su casa; después de charlar un rato me sugirió ir a un lugar más privado por que podrían verla sus familiares y ella había dicho que estaría en una fiesta, así que nos encaminamos a una casa que tiene mi familia y que esta vacía.

Después de darle el recorrido de rigor, nos sentamos a charlar, y los recuerdos acudían a mi mente, por un lado recordaba la suavidad de su piel y la dulzura de sus labios y por el otro recordaba las veces que ella había puesto en duda mi hombría por no haber llegado a más con ella, la platica se convirtió en flirteo y luego en juego, y entre juegos y jalones la abracé y la besé, ella me correspondió, la miré un momento recordando sus besos como si hubiera sido ayer tan solo la última vez que la tuve entre mis brazos.

Por mi cabeza pasaban mil cosas tales como si seguir adelante, si se ofendería, si debía tocarla, las cosas subieron de tono y me decidí a tocarla comencé a palpar sus senos por encima de la ropa mientras la besaba, ella no opuso resistencia alguna, por lo que metí mis manos por debajo de su blusa y su sostén, yo estaba súper cachondo, mi pene ya comenzaba a tratar de salir de su encierro, pero cuando quise quitarle la ropa se opuso, cosa que me molestó un poco, por que ya me había dejado llegar hasta ese punto, lo que significaría un molesto dolor de testículos después…

Así que algo molesto y recordando sus comentarios de cuando éramos novios cuando ella quería avanzar y yo no, le dije -¡Yo no soy joto como tú decías; yo no me echo para atrás, tú eres la zacatona!- y me salí del cuarto muy digno. Ella corrió detrás de mí, me alcanzó, y me dijo que aceptaba.

Regresamos al cuarto y continuamos besándonos y continúe con mi tarea interrumpida, toqué su piel, la desnudé sin prisas, disfrutando cada rincón de su piel, sus ricas tetas y sus pezones rosados, su conchita que estaba tan húmeda que chorreaba jugos como ninguna de mis anteriores compañeras de aventuras lo había hecho, me deleité con su clítoris, fue una delicia comérmela.

Mi mejor amiga estaba a mil, listo para penetrarla, cuando me paré a ponerme el condón, ella me agarró la verga y me la empezó a mamar... Huyy de solo acordarme se me para otra vez!!!...

Lo hacía tan rico, se metía todo mi pedazo en la boca, en momentos me daba pequeños lengüetazos en el tronco, casi me hace venir de lo rico que lo hacía, pero no podía permitirlo, no sin antes disfrutarla, yo estaba que ya no me aguantaba, así que me puse el condón para metérsela, la recosté sobre la cama y puse mi miembro en la entrada de su conchita, la fui metiendo poco a poco, atesorando cada instante, ella decía que le dolía, pero la verdad es que no sentí su entrada tan apretada, aún así le concedo el beneficio de la duda, que para el momento no me importaba, como no me importa ahora, cuando acabé de meterla, comencé con el delicioso mete saca, de mi pene en su deliciosa y cálida conchita ella permanecía callada, solo su respiración agitada, pero no decía nada, después la volteé a cuatro patas, como decimos vulgarmente de "perrito", esa posición me encanta por que me permite deleitarme la vista con su delicioso culito, era la más rica postal que mis ojos han visto, mi miembro entrando en su conchita caliente, y su culito apretado expectante mmmm... Entonces ella comenzó a gemir, y me decía que la mataba, solo se escuchaban sus gemidos, diciendo -si, si, si, sigue así que me encanta!!!... yo solo bombeaba y le preguntaba si le gustaba, esta chica me tenía a mil.

Al verla así con mis manos en sus caderas, le propuse que me dejara penetrarle por el culo, ella me dijo que no, que estaba loco, (otra vez será, pensé para mis adentros) así que no me agüité me dispuse a seguir disfrutándola, seguí penetrándola un rato más. Después cambiamos de posición; yo me tendí en la cama y ella se montó en mi ariete, al principio se movía un poco tosca, pero rápidamente agarramos el ritmo, era lo máximo, yo tocaba sus ricas tetas, y en ocasiones me prendía de ellas con la boca, me encanta su pezón rosadito, seguimos cogiendo hasta que no aguanté más y me vine.

Fue delicioso, después de terminar nos recostamos y charlamos unos minutos, nos vestimos y la dejé en su casa, yo estaba encantado de la vida, y solo espero que llegue el jueves ya que quedamos de vernos otra vez.

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