jueves, 18 de octubre de 2007

Un invitado en casa

Este relato erótico no lo escribí yo, sino una amiga que quiso dedicármelo, y le he pedido permiso para su publicación. Por cierto, es la protagonista del relato "Un viaje memorable" os recomiendo que lo leáis. Gracias Ali, un besote!...

El fin de semana pasado estuvo de visita un amigo de mis padres, valenciano, con su mujer y uno de sus hijos. Como mi padre sabía que vendrían les invito a pasar unos días en casa ya que hay sitio de sobra. Llegaron el viernes por la tarde, un poco cansados del viaje. Aun así como yo tenía pensado salir con mis amigas por el centro a tomar algo, mi padre me pidió que animara a salir al hijo de su amigo con nosotras, para que no se quedase en casa aburrido. El se llamaba German, tenia algunos años más que yo, era un chico alto, con el pelo oscuro y ojos marrones. Le propuse que viniera con nosotras y aunque él al principio se negó porque estaba cansado y nos acabábamos de conocer al final conseguí convencerle. Nos arreglamos, cenamos algo y nos marchamos en el autobús. Por el camino hasta llegar donde había quedado con mis amigas fuimos charlando de nuestros padres y de su viaje.

Al llegar le presente a mis amigas y nos fuimos al centro de la ciudad a disfrutar de la noche. Primero en un bar donde íbamos habitualmente y en el cual habíamos quedado con unos amigos nos tomamos unos chupitos, brindando por nuestro invitado. Luego fuimos a otro a tomar unos cachis con los que ya entonamos en cuerpo y el vino se empezaba a subir a la cabeza poco a poco. La verdad es que a pesar de que estuviese cansado, él se lo estaba pasando bien y congeniamos mucho. Más tarde nos pasamos por otra zona de bares a tomar unas copas. Con las que ya estábamos bastante contentos. Mis amigas se fueron a bailar hacia otra parte del bar, mientas que yo me quede con mi nuevo amigo tranquilamente sentados, mientas bebíamos nuestra copa. Me encontraba muy a gusto hablando con él y al final nos dejamos llevar por el momento y nos enrollamos. Mis amigas al ver el panorama no se acercaron para no interrumpirnos. Al principio eran besitos inocentes hasta que no pudimos mas y nos besábamos apasionadamente, nuestras lenguas jugaban entre si y nos abrazábamos con fuerza el uno al otro. Estuvimos así durante largo rato, hasta decidí que podíamos marcharnos a otro sitio o ya ir hacia mi casa. Nos despedimos de todos y nos fuimos los dos juntos.

Estuvimos en una discoteca con tres plantas que hay por el centro para que conociese el ambiente discotequero, aunque a el no le iba mucho. Pero bueno la verdad es q nos daba igual lo que sonase de música o la gente que tuviéramos alrededor de nosotros, ya que estábamos ocupados y solo pensábamos en nosotros. El tiempo pasaba y apenas nos dábamos cuenta, hasta que decidimos que ya era tarde y debíamos volver a mi casa. Nos montamos en el taxi y durante el recorrido nos dedicábamos miradas cómplices intentando mantener la compostura ya que no era un lugar apropiado para continuar la actividad que nos había mantenido ocupados gran parte de la noche.

Llegamos a nuestro destino, pagamos y abandonamos el taxi, pero antes de entrar en casa, nos quedamos fuera hablando un rato ya que dentro no podíamos porque estamos en habitaciones distintas. Entramos nos despedimos hasta la mañana siguiente y cada uno se fue a su cuarto.

Al día siguiente nuestros padres se iban a ir temprano de excursión y no regresarían hasta la noche. Así que tendríamos el día entero y la casa para nosotros solos. Sobre las 10 y media de la mañana me desperté salí de mi habitación y comprobé que ya se habían ido todos. Así que aproveche para ir en la habitación donde dormía German y despertarle. Entre silenciosamente en la habitación... me metí en la cama con él y empecé a despertarle dándole besitos tiernos en el cuello, la orejita, los labios… hasta que abrió los ojos. Me acerque y le dije al oído - Estamos solos, ya se han marchado.- El me abrazó y comenzamos a besarnos como la noche anterior. Al cabo de un rato nos levantamos de la cama para ir a desayunar algo, vestirnos y recoger la casa. Prepare algo de comida antes de marcharnos para que al volver estuviese más o menos listo. Deje hechos unos espaguetis con gambas, una ensaladita y un poco de carne guisada. Paseamos por el pueblo donde vivo para que lo conociese y nos tomamos algo en un bar al que yo iba con mis padres de vez en cuando. Y sobre las dos y media regresábamos a casa, pusimos la mesa y calentamos la comida.

Antes de sentarme a la mesa subí a mi cuarto a ponerme cómoda. Baje al salón con un camisón granate muy provocativo, suave y cortito que dejaba ver ligeramente mis pechos entre en el encaje. El alucinó al verme así, ya que no se lo esperaba. Yo con toda normalidad comencé a comer, mientras que el parecía un poco alterado. Se levanto para ir a la cocina a por un plato que nos habíamos dejado y pude ver que se había excitado al verme ya que le delataba el bulto que se marcaba en su pantalón. Después de haber saciado el hambre, nos fuimos a tumbarnos a la cama de mis padres para ver un rato la televisión mientras nos hacia un poco la digestión.

Estando juntos descansando le dije -¿te gusta mi camisón?- a lo que el contesto con una sonrisa -¡claro!- Comenzó a acariciarme el cuello y los hombros mientras nos besábamos. Yo le tumbe boca arriba y m senté encima de él mirándole a la cara. Cogí sus manos y las puse en mi cintura, las fui trasladando hacia arriba poco a poco hasta llegar a mis pechos que estaban mas o menos tapados por la parte de encaje del camisón. Por la cara que ponía se notaba que le gustaba acariciaros. Los agarraba con sus manos, aparto la tela para dejarlos al aire y m pidió que me acercase un poco porque los quería lamer. Al estar sobre él notaba que cada vez estaba mas excitado. Después de lamerlos y besarlos durante un rato, me quito el camisón y dejo mi cuerpo prácticamente desnudo ya que solo estaba tapado por un pequeño tanga de color granate a juego. Pasaba sus manos por todo mi cuerpo, el cuello, la espalda, el ombligo… Yo comencé a quitarle la camisa mientras notaba el bulto de su pantalón entre mis piernas. Pasaba mis manos por su pecho y le daba cariñosos besitos. Seguí bajando y empecé a desabrochar sus pantalones… los empecé a bajar poco a poco hasta quitárselos y dejarle solo con los calzoncillos.

Me coloque justo encima de su bulto con las piernas abiertas y empecé a moverme lentamente encima de él. El tanga cada vez estaba más mojado por la excitación y su pene cada vez mas duro. Al final le quite el calzoncillo, pero él me tumbo en la cama y me empezó a quitar el tanga. Comenzó a pasar sus dedos por mi rajita acariciando los labios, con movimientos circulares estimulaba aun más mi clítoris y todo esto me hacia empezar a soltar algún que otro gemido Sus dedos ya mojados, resbalaban hacia dentro, entrando y saliendo de mí. Yo estaba disfrutando muchísimo pero también quería entrar en acción y participar, así que le dije que se volviera a tumbar, me volvía a colocar sobre el pero ahora entre mis piernas se encontraba su cara y delante de mis ojos su polla. Mientras el pasaba su lengua por mi coño yo comencé a acariciar con mis manos su polla que estaba durísima. La coloque entre mis pechos para frotarla con ellos una y otra vez mientas lamía la punta con mi lengua. Después la acerque a mi boca y la fui lamiendo enterita hasta poco a poco meterla en mi boca. Mientras entraba y salía de mi boca con un ritmo cada vez mas seguido mis manos acariciaban sus huevos, sus piernas… suavemente. Yo movía mis caderas sin poderlo evitar por el placer que sentía gracias a él. Incluso no pude evitarlo y me corrí, fue fantástico.

Después de ese momento tan intenso de placer y de mi recuperación me di la vuelta mirando hacia el y me coloque encima de su polla. Él la agarro y la paso suavemente por mi rajita varias veces y después fue entrando en mí. Resbalaba muy bien porque lo mojada que estaba mi vagina así que no tardo mucho en entrar toda entera. Seguidamente empezó a entrar y salir de mí mientras él tenía sus manos en mis caderas siguiendo el ritmo del movimiento de mi cuerpo. Mis pechos se movían, botaban también al ritmo y los dos gemíamos de placer. Yo le pedía más. Los movimientos cada vez eran más intensos ya que su polla cada vez entraba más deprisa y más fuerte dentro de mí. La sacó y cambiamos de postura. Me tumbo en la cama boca arriba y se puso delante de mí. Separó bastante mis piernas, pasó sus dedos por mi rajita y por el clítoris antes de volver a meterla de nuevo en mi vagina.

Volvimos a coger el movimiento, su polla entraba y salía de mi vagina y yo notaba como sus huevos golpeaban contra mí cada vez que la metía. Yo me acariciaba el clítoris y los pechos mientras el mantenía el ritmo. La respiración de ambos estaba muy acelerada y los gemidos eran prácticamente constantes. Estábamos a punto de corrernos, yo le pedí que lo hiciese dentro de mí. Así que un minuto más tarde los dos ya no podíamos más y acabamos corriéndonos a la vez entre movimientos y gemidos. Yo notaba como él explotaba dentro de mí, fue maravilloso. Después de haber saciado nuestros deseos, nos quedamos descanando juntos un rato en la cama. Como era sábado y por la noche íbamos a salir con mis amigas igual que la noche anterior me fui a bañar pero a diferencia de otros días, le invite a que vinieres conmigo. Llené la bañera, eche unas sales de baño para relajarnos y nos metimos. El entro se sentó y luego yo que me senté entre sus piernas y me recosté en su pecho a descansar. El mojaba mis pechos con el agua, los acariciaba y los pezones se ponían duros. Yo notaba en mi espalda que su pene estaba erecto de nuevo. Así nos relajamos durante un rato mientras charlábamos o hacíamos bromas.

Nos jabonamos el cuerpo el uno al otro y después soltamos el agua y nos metimos debajo de la ducha los dos para aclararnos. El deseo nos incitó de nuevo y mientras nuestros cuerpos estaban mojados, el me introdujo su pene por detrás, en mi vagina mientras, yo me agache un poco y separe ligeramente mis piernas. El agua caía sobre nosotros y al final culminé con un gran orgasmo. Para que el también acabara me agache chupe un poco su polla con mi lengua y la coloque de nuevo entre mis pechos con ese movimiento el se corrió. Nos terminamos de duchar y salimos a vestirnos.

Esa noche aunque un poco cansados salimos y la verdad no nos separamos. Pasamos un fin de semana increíble pero el se marchó con su familia el domingo por la tarde. Fue una despedida muy triste ya que después de todo lo que habíamos pasado juntos era duro estar cada uno en una ciudad de España. Pero bueno hablamos todos los días y quizás nos volvamos a ver pronto.

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